jueves, 26 de septiembre de 2019

Fiesta de san Francisco de Asís

Francisco nació en Asís, Italia en 1181. Su padre era comerciante y su madre pertenecía a una familia noble.  Cuando Francisco tenía como unos veinte años, hubo pleitos y discordia entre las ciudades de Perugia y Asís. Francisco fue prisionero un año. Cuando recobró la libertad cayó gravemente enfermo.  Se dio cuenta que la batalla espiritual empieza por la mortificación y la victoria sobre los instintos. Un día se encontró con un leproso que le pedía una limosna y le dio un beso.

Visitaba y servía a los enfermos en los hospitales. Siempre, regalaba a los pobres sus vestidos, o el dinero que llevaba. Un día, una imagen de Jesucristo crucificado (El Cristo de San Damián), le habló y le pidió que reparara su Iglesia que estaba en ruinas. 





Decidió ir y vender su caballo y unas ropas de la tienda de su padre para tener dinero para arreglar la Iglesia de San Damián. Llegó ahí y le ofreció al padre su dinero y le pidió permiso para quedarse a vivir con él. El sacerdote le dijo que sí se podía quedar ahí, pero que no podía aceptar su dinero. Pasó algunos días en oración y ayuno. Regresó a su pueblo y estaba tan desfigurado y mal vestido que las gentes se burlaban de él como si fuese un loco.  

Su padre  ahí   le dijo que volviera a su casa o que renunciara a su herencia y le pagara el precio de los vestidos que había vendido de su tienda. San Francisco no tuvo problema en renunciar a la herencia y del dinero de los vestidos pero dijo que pertenecía a Dios y a los pobres. 

Su padre le obligó a ir con el obispo de Asís quien le sugirió devolver el dinero y tener confianza en Dios. San Francisco devolvió en ese momento la ropa que traía puesta para dársela a su padre ya que a él le pertenecía. El obispo regaló a San Francisco un viejo vestido de labrador que tenía al que San Francisco le puso una cruz con un trozo de tiza y se lo puso.

San Francisco partió buscando un lugar para establecerse. En un monasterio obtuvo limosna y trabajo como si fuera un mendigo. Unas personas le regalaron una túnica, un cinturón y unas sandalias que usó durante dos años.




Luego regresó a San Damián y fue a Asís para pedir limosna para reparar la Iglesia.  Una vez hechas las reparaciones de San Damián hizo lo mismo con la antigua Iglesia de San Pedro. Después se trasladó a una capillita llamada Porciúncula, de los benedictinos, que estaba en una llanura cerca de Asís.

 Era un sitio muy tranquilo que gustó mucho a San Francisco.
 Comenzó a hablar acerca de la penitencia. Sus palabras llegaban a los corazones de sus oyentes. Al saludar a alguien, le decía “La paz del Señor sea contigo”.

San Francisco tuvo muchos seguidores y algunos quisieron seguir sus pasos. Su primer discípulo fue Bernardo de Quintavalle que era un rico comerciante de Asís que vendió todo lo que tenía para darlo a los pobres. San Francisco les concedió hábitos a los dos en abril de 1209.  Cuando ya eran doce discípulos, San Francisco redactó una regla breve e informal que eran principalmente consejos evangélicos para alcanzar la perfección. Después de varios años se autorizó por el Papa Inocencio III la regla y les dio por misión predicar la penitencia.

La pobreza era el fundamento de su orden. San Francisco sólo llegó a recibir el diaconado porque se consideraba indigno del sacerdocio.  El número de compañeros del santo iba en aumento.

Santa Clara oyó predicar a San Francisco y decidió seguirlo en 1212. San Francisco consiguió que Santa Clara y sus compañeras se establecieran en San Damián. La oración de éstas hacía fecundo el trabajo de los franciscanos.


San Francisco dio a su orden el nombre de “Frailes Menores” ya que quería que fueran humildes.

En la Navidad de 1223 San Francisco construyó una especie de cueva en la que se representó por primera vez el nacimiento de Cristo y se celebró Misa. Él, es el "inventor de los belenes"





El 17 de Septiembre  1224  recibió los estigmas, señales de la Pasión de Cristo. Murió el 3 de Octubre de 1226 después de escuchar la Pasión de Cristo según San Juan.

lunes, 17 de junio de 2019

Celebramos la Solemnidad del Corpus Christi

Un milagro eucarístico del siglo XIII fue el origen de la Fiesta del Corpus Christi, que la Iglesia, celebra el jueves siguiente a la Solemnidad de la Santísima Trinidad; aunque en nuestra Diócesis (como en casi toda España), se decidió trasladarla al domingo por una cuestión pastoral. 
En esta solemnidad la Iglesia tributa a la Eucaristía un culto público y solemne de adoración, gratitud y amor, siendo la procesión del Corpus Christi una de las más importantes en toda la Iglesia Universal.
El Santo Padre encomendó a Santo Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico para la fiesta y la composición de himnos, que se entonan hasta el día de hoy: Tantum Ergo, Lauda Sion. 
En Toledo, la fiesta del Corpus Christi, se celebra el jueves. 
El Santísimo, procesiona por las calles engalanadas de la ciudad, en la magnífica custodia elaborada por Enrique de Arfe a principios del siglo XVI, el objeto más importante de cuantos se guardan en la Catedral Primada.
Así se marca el día más grandioso en el calendario de la ciudad. La consideración oficial de Fiesta de Interés Turístico Internacional no hace más que confirmar su importancia, reconocida desde hace siglos. Desde el año 1418, el laberíntico urbanismo del casco histórico se convierte en un grandioso escenario, es en sus calles donde se celebra por primera vez en España esta procesión. El Corpus está cuajado en Toledo de historia y tradiciones, arte, espiritualidad y colorido.                                


          

lunes, 10 de junio de 2019

CELEBRAMOS LA FIESTA DE SAN BERNABÉ

El día 11 de Junio, Iglesia celebra la fiesta de san Bernabé apóstol. No debemos olvidar que fue un gran colaborador de san Pablo en la misión de extender el Evangelio.
El Libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra que: Bernabé vendió su finca y entregó todo el dinero a los Apóstoles para distribuir entre los pobres. (Hch,4) 
En otro versículo se nos cuenta que: los Apóstoles lo apreciaban mucho por ser "un buen hombre, lleno de fe y del Espíritu Santo" (Hechos 11,24), por eso lo eligieron para la evangelización de Antioquía.

San Bernabé fue muy importante en los primeros momentos del cristianismo, su mensaje llega hasta nuestros días.
Escritos apócrifos hablan de un viaje a Roma y de su martirio, hacia el año 70, en Salamina, por mano de los Judíos de la diáspora que lo lapidaron.

domingo, 21 de abril de 2019

Celebramos la Resurrección de Jesús




Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?
A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.

¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.

Los cristianos celebramos la Resurrección de Jesús, el acontecimiento fundamental de nuestra fe.